Los trabajos de Ronald Dworkin, considerado el filósofo del Derecho más influyente de su generación, constituyen el centro de innumerables polémicas en el seno de la disciplina y más allá de sus límites también, pues construyó una propuesta teórica basada en presupuestos filosóficos aparentemente diferentes a la posición positivista dominante en los años sesenta en el mundo jurídico anglosajón.